Durante más de 30 años, toda la sociedad española ha luchado firmemente con un único fin: salir del agujero negro en el que la dictadura franquista nos sumió. Tiempos de obscurantismo y de totalitarismo, tiempos de derechos coartados y de represión. Es ahora, después de una difícil pero fructífera trayectoria democrática, cuando podemos alzar la voz todo el conjunto de la sociedad y gritar que somos libres, que hemos conseguido aquello por lo que hemos luchado con tanto esfuerzo sin apenas descanso: la igualdad de oportunidades, la equidad y la justicia social. Eso sí, todavía queda mucho camino por recorrer, muchas victorias en las que soñar.
España es un estado plural, una nación de naciones fuerte y cohesionada gracias al trabajo incansable, durante más de 20 años, de gobiernos de izquierdas y socialistas. Gobiernos progresistas tanto a nivel central como autonómico y local han contribuido a alcanzar los mayores logros sociales de la historia del país y donde el pueblo catalán, especialmente, ha tenido mucho que ver.
La mayoría absoluta del partido popular en las urnas supone el momento cero del declive de nuestro estado del bienestar. Nuestros derechos más fundamentales y los triunfos sociales alcanzados están condenados a sufrir una grave involución. ¿Qué va a ser de la calidad de nuestra escuela pública? ¿Continuarán destruyendo el sistema sanitario que tantos elogios ha recibido por parte de otros países? ¿Eliminarán las prestaciones por desempleo? ¿Abaratarán el despido laboral? ¿Continuarán con el recurso a la Ley de Igualdad y a la Ley de matrimonio homosexual? ¿Modificarán la ley del aborto? Todas estas preguntas, que no han sido contestadas durante la campaña electoral por estrategiar política, se irán contestando afirmativamente a medida que vayan pasando los meses de gobierno popular. El plan oculto y las propuestas ambiguas del Partido Popular irán desenmascarándose a partir de hoy mismo. Haberlas develado antes hubiera supuesto una gran pérdida de votos para los conservadores.
Ayer el país se encontraba en una encrucijada y todos teníamos la responsabilidad de pararnos a reflexionar qué tipo de gobierno le interesaba a España para salir airosa de la crisis y además hacerlo todos juntos. Hoy, en cambio, una vez conocidos definitivamente los resultados absolutistas de las urnas, yo me atrevería a decir que todo el país se encuentra en un callejón sin salida.
Ahora ya no hay marcha atrás, los resultados están encima de la mesa, pero sí que podemos tomar una decisión fundamental para el futuro del país. Empezar desde ya mismo a pensar que lo más sensato es cargarse de optimismo, de razones ya lo estamos, y empezar a trabajar con esperanza e ilusión para que en las próximas elecciones el Partido Socialista vuelva a ser el que siga sembrando conquistas para los ciudadanos de este país.
La mayoría absoluta del partido popular en las urnas supone el momento cero del declive de nuestro estado del bienestar. Nuestros derechos más fundamentales y los triunfos sociales alcanzados están condenados a sufrir una grave involución. ¿Qué va a ser de la calidad de nuestra escuela pública? ¿Continuarán destruyendo el sistema sanitario que tantos elogios ha recibido por parte de otros países? ¿Eliminarán las prestaciones por desempleo? ¿Abaratarán el despido laboral? ¿Continuarán con el recurso a la Ley de Igualdad y a la Ley de matrimonio homosexual? ¿Modificarán la ley del aborto? Todas estas preguntas, que no han sido contestadas durante la campaña electoral por estrategiar política, se irán contestando afirmativamente a medida que vayan pasando los meses de gobierno popular. El plan oculto y las propuestas ambiguas del Partido Popular irán desenmascarándose a partir de hoy mismo. Haberlas develado antes hubiera supuesto una gran pérdida de votos para los conservadores.
Ayer el país se encontraba en una encrucijada y todos teníamos la responsabilidad de pararnos a reflexionar qué tipo de gobierno le interesaba a España para salir airosa de la crisis y además hacerlo todos juntos. Hoy, en cambio, una vez conocidos definitivamente los resultados absolutistas de las urnas, yo me atrevería a decir que todo el país se encuentra en un callejón sin salida.
Ahora ya no hay marcha atrás, los resultados están encima de la mesa, pero sí que podemos tomar una decisión fundamental para el futuro del país. Empezar desde ya mismo a pensar que lo más sensato es cargarse de optimismo, de razones ya lo estamos, y empezar a trabajar con esperanza e ilusión para que en las próximas elecciones el Partido Socialista vuelva a ser el que siga sembrando conquistas para los ciudadanos de este país.
Yolanda, estoy muy de acuerdo con tu reflexión. Este país ha entregado su último cartucho a los que lo van a vender por completo, pero tengo que hacerte un apunte. Dices en el título que fue un día triste para la democracia, pero no es así. Ayer mucha gente votó, votó mal a mi juicio, pero votó. La tristeza vendrá después, cuando el nuevo gobierno termine de hundir al país y nos acaben dando un golpe como el italiano o el griego. Entonces sí será un día triste para la democracia. Pero ayer el pueblo español se expresó, por más equivocado que estuviese en su mayoría.
ResponderEliminarLo que más interesante me resulta de los resultados obtenidos ayer en las urnas es que el partido popular, a pesar de ganar por mayoría absoluta, no se ha conseguido llevar los votos perdidos por los socialistas. Son votos que se han quedado en casa o bien se han repartido en otras fuerzas políticas. España no ha decidido votar masivamente al PP sino que ha preferido no votar al PSOE, que conceptualmente es muy distinto.
ResponderEliminar¡Ah!!!pero España no está en la p....miseria?creo q. la culpa ,en estos momentos, no es de Rajoy, mas adelante ya veremos. Está claro que era necesario un cambio. La democracia se ha ejercido con toda ley, si vamos por los votos ¿Cuántos votaron l'Estatut?pero democratícamente salió por mayoria y eso es lo que tenemos que aceptar, vosotros reconoced vuestro debacle y otra vez será esperemos que el silencio de los sindicatos permanezca como hasta ahora, claro está que como no tendrán las subvenciones es posible que se subleven,¿por qué no viven de las cuotas de sus afiliados?¡ya está bien!!!!
ResponderEliminarAnónimo, estoy de acuerdo contigo que se ha ejercido la democracia, que ha hablado el pueblo y, esta vez, ha elegido que Mariano Rajoy sea el futuro presidente del gobierno de España.
ResponderEliminarAhora bien, veremos a ver qué políticas establece a partir de ahora para gestionar la crisis. Él se ofrecía como el garante del final de los problemas, como el salvador de España y 24 horas después de ganar las elecciones la prima de riesgo subió notablemente.
Tampoco está nada bien que no anuncie cuál será su programa de gobierno com ha hecho durante la campaña, pero todavía es peor que a día de hoy aún no haya dado ninguna señal. No me parece correcto para un futuro presidente que tanto ha prometido.
Respecto a los sindicatos, espero que no estén callado en ningún momento. Eso lo veremos.
Con vuestro mandato estuvieron muy, muy callados, total para lo que sirven!!!, mas les valdría incorporarse a sus puestos de trabajo, vale ya de tanto mamoneo y de no dar un palo al agua, como otras muchas cosas, por ahi han de empezar los recortes, vereis como lo notamos todo, siempre pagamos los mismos, los que de verdad trabajamos.
ResponderEliminarYolanda , que quede claro que no tengo nada en contra tuya ni de nadie, es la indignación personal.
Anónimo, no me lo tomo como un ataque personal, ni mucho menos. Entiendo que hay muchas personas que viven una situación límite debido a esta crisis, aunque yo diría depresión, que nos azota de una manera tan grave.
ResponderEliminarCuando tenía la responsabilidad de la concejalía de trabajo, el mandato anterior, pude hablar con muchas personas que estaban viviendo esa situación de desespero e indignación de la que me hablas. Te entiendo.
Gracias por tus aportaciones.